.: GRUTA NUESTRA SEÑORA DE ARANZÁZU

La Osadía Milagrosa

Todo tiene un comienzo y esto no es la excepción.

En una ocasión nos contaba doña Gloria que a doña Rosario Ariza Coy la virgen de Aránzazu (patrona de Palestina) le había cumplido un milagro, a cambio de esté, le ofreció lo que la virgen quisiera, y la virgen como revelación se presentó en un sueño, pidiéndole que le hiciera un altar en lo alto de una montaña (ella le mostró el lugar donde lo quería).

No obstante doña Rosario cumplió su promesa, agradeciéndole mucho a la virgen y convirtiendo este lugar en uno de los más importantes de este municipio.

Piedra tras piedra se construyó un altar, y se luchó mucho para llevar los materiales hasta lo alto de la montaña donde 2 años más tarde la bendijo el presbítero Melki Achury.

Hoy en día, pasados 5 años, la gruta ha sido adornada con una fuente y un jardín. Muchos peregrinos la visitan con el deseo de hacerle una petición. Dicen que ella si cumple los milagros que le piden, y a cambio los feligreses cumplen una promesa.

Tal vez, llegar hasta la cumbre de la montaña lleva en sí un esfuerzo, porque primero es carretera, luego con la fe en el corazón se debe encoger los pies y fijar la mirada siempre al suelo, para no asustarnos con el valle verde que nos espera.

CARACTERISTICAS

Para llegar a este hermoso paraje, tomamos la vía a la vereda el Silencio, la gruta está ubicado en predios de la vereda San Isidro, en la finca del señor Daniel Ariza, en lo alto de la montaña. En un lugar de 4m2 aproximadamente, adornado por un árbol de pino que sirve de casa para ella, una fuente de aguas cristalinas que se desprenden como lágrimas, puesto que caen gota a gota, y unos pétalos en el suelo de rosas que no cesan en crecer.